El Cabildo de Fuerteventura ha cedido a la Asociación Banco de Alimentos de Las Palmas un espacio en la Granja Experimental de Pozo Negro para almacenamiento, dentro parte del convenio entre el Cabildo y la asociación para dotar al Banco de Alimentos de los recursos que necesita en la Isla.
La Corporación insular y la asociación han mantenido una reunión de coordinación en la Granja Experimental de Pozo negro, con la presencia de la presidenta del Cabildo, Lola García, el consejero de Acción Social, Víctor Alonso, así como Pedro Miguel Llorca y Águedo Pérez en representación de Banco de Alimentos de Las Palmas. Participó, además, el consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca, Matías Peña, responsable de la gestión de la Granja Experimental de Pozo Negro.
Según ha apuntado Lola García y Víctor Alonso, la atención a las personas es una de las prioridades del grupo de gobierno insular, siendo importante dotar a la Asociación Banco de Alimentos de Las Palmas de los recursos necesarios para las acciones que realizan en Fuerteventura. Una labor dirigida a cubrir la necesidad de alimentación de aquella población en situación de vulnerabilidad.
Por su parte, Pedro Llorca y Águedo Pérez, este último delegado de Fuerteventura de la asociación, explicaron que, mediante la entrega de alimentos y útiles de aseo, el Banco de Alimentos de Las Palmas atiende en Fuerteventura las necesidades parciales de más de 400 familias, lo que supone más de 1.000 beneficiarios. Agradecieron la colaboración del Cabildo de Fuerteventura, que contribuye a proporcionar a esta población vulnerable una dieta completa y equilibrada a la que no pueden acceder por su situación de precariedad,
Con la presencia de Mónica Montesdeoca, en representación de Adisfuer, se acordó, además, la donación de alimentos procedentes del huerto accesible que gestiona Adisfuer con el apoyo económico de la Consejería de Acción Social del Cabildo de Fuerteventura. Un proyecto en el que trabajan personas con discapacidad y cuya producción de verduras y hortalizas se dona a comedores sociales y entidades sin ánimo de lucro, con una producción anual estimada de unos 5.000 kilos.