El presidente de Contigo Fuerteventura alza la voz ante lo que considera una de las mayores amenazas para la democracia local: el ambiente político tóxico que se ha instalado en la isla y que, según denuncia, impide un debate centrado en las verdaderas necesidades de la ciudadanía majorera.
“El ambiente político que vivimos en Fuerteventura no solo enturbia la convivencia, sino que dificulta pensar y votar con la reflexión que merecen los asuntos públicos”, afirma. Denuncia un panorama dominado por el enchufismo, el derroche de dinero público y la ausencia de diálogo entre las instituciones y la población. “Este clima viciado aleja a la política de su propósito original: el bien común”, sostiene.
Desde su perspectiva, la crispación ha contaminado también las campañas electorales. “Más que discutir ideas o evaluar lo que se ha hecho y lo que queda por hacer, se han utilizado descalificaciones personales, se ha hablado de bulos y fantasmas, y se ha alimentado la confrontación estéril”. Una deriva que califica de “triunfo de la antipolítica”.
Frente a esto, Contigo Fuerteventura reclama un giro radical: “Hace falta otra forma de hacer política. Una política que escuche, que dialogue, que se comprometa con la realidad y no con la teatralidad. Una política de verdad, al servicio del pueblo”.
El llamamiento no es solo para los líderes. “También necesitamos de una ciudadanía crítica, activa, que valore las propuestas concretas y no se deje arrastrar por el ruido”, afirma el presidente, que insiste en que “los majoreros piden políticos que sepan entrar en un diálogo auténtico, orientado a resolver problemas reales”.
Contigo Fuerteventura enumera una serie de desafíos clave para lograr una isla más justa y cohesionada: combatir las desigualdades, garantizar vivienda digna, luchar contra la precariedad laboral, promover la igualdad de género, asegurar una educación y sanidad de calidad, establecer una fiscalidad más justa, proteger el medioambiente y construir relaciones sociales pacíficas y solidarias.
“Queremos dirigentes con vocación de servicio, con empatía, con coraje. Políticos a los que de verdad les duela el sufrimiento de la gente. Que digan lo que piensan y hagan lo que prometen”, concluye, convencido de que solo con otra manera de hacer política será posible reconstruir la confianza y devolver la esperanza a Fuerteventura.