El equipo de cuadrillas concentra sus esfuerzos en desatascar varias de las embocaduras de la FV-2, que en estos momentos corren riesgo de perder eficacia en caso de lluvias fuertes por acumulación de arena.
El túnel principal en este operativo de limpieza tiene 50 metros de largo y tres de ancho, siendo una construcción clave para salvaguardar la operatividad de la FV-2 en caso de una súbita avenida de aguas de escorrentía.
Las estimaciones técnicas calculan 22,5 metros cúbicos de arena en este punto, que serán removidos a mano por la cuadrilla hacia aguas debajo de su curso natural. Para ello, los operarios harán uso de herramientas como azadas, palas y carretillas.
Las inundaciones relámpago, fruto de episodios meteorológicos extremos, son cada vez más frecuentes en otras latitudes, por lo que estos trabajos del Cabildo, a través de su medio propio Gesplan, tienen carácter preventivo y periódico a lo largo del año.