Este proyecto permitiría mejorar la calidad del servicio eléctrico y garantizar la evacuación de la nueva energía renovable que se genere en ambas islas.
Actualmente existe un cable submarino entre Lanzarote y Fuerteventura, que fue puesto en servicio en el año 2005, y tiene una longitud de 14,5 kilómetros y transporta energía eléctrica a 66 kilovoltios (kV) en corriente alterna.
El refuerzo de esta interconexión con un nuevo enlace a 132 kV es una actuación imprescindible para conseguir un sistema eléctrico más estable y robusto, promoviendo la sostenibilidad del sistema eléctrico que conecta las islas.
Esta línea subterránea-submarina conectará la subestación eléctrica de La Oliva con la de Playa Blanca (Lanzarote) y contará con tres tramos, dos soterrados y un cable submarino entre ambas.